34 ¡No tenías atadas las manos
    ni te habían encadenado los pies!
¡Caíste como el que cae
    en manos de criminales!».

Y el pueblo lloró aún más.

35 Todos se acercaron a David y le rogaron que comiera algo mientras todavía era de día, pero él hizo este juramento: «¡Que Dios me castigue sin piedad si pruebo pan o algún otro alimento antes de que se ponga el sol!».

36 La gente prestó atención y a todos les pareció bien. En realidad, todo lo que hacía el rey les agradaba.

Read full chapter

Bible Gateway Recommends